Las herramientas tecnológicas que se han desarrollado en el mundo han sido de gran utilidad a la hora de presentarse movimientos bruscos en las placas tectónicas. Sin duda una muy importante son las telecomunicaciones en el sismo.
Al finalizar el segundo trimestre del año se contabilizaron un total de 135.2 millones de líneas móviles de las cuales 126.9 se utilizan a través de celulares. Aun cuando la penetración de líneas es menor que el promedio en América Latina, la cantidad de Smartphones con los que contamos nos permite contar con una pequeña ventana de oportunidad para salvar vidas en momentos como el sismo del pasado 19 de septiembre.
Al dividir un sismo en tres fases o etapas podemos encontrar distintas aplicaciones de las telecomunicaciones para cada una de estas fases.
Primera fase: prevención.
Existen aplicaciones que emiten alertas como las utilizadas en la Ciudad de México para alertar sobre un futuro sismo. Al ser el mismo sistema, el Smartphone empieza a sonar antes de que suceda el evento. La cantidad de segundos que transcurren entre que empieza a sonar la alerta y empieza a sentirse el temblor varía dependiendo de la distancia del epicentro con la ciudad de México.
Para los sismos que se han registrado actualmente, así como el de hace 5 años, estas aplicaciones dieron a sus usuarios algunos segundos de ventaja.
Segunda fase: contacto con familiares y amigos.
A los segundos siguientes después de un sismo y lograr estar a salvo lo más importante es conocer el estado de nuestros familiares y amigos. Es muy importante entender que la infraestructura celular desplegada por los operadores se realiza en base a análisis de mercado cuantas antenas instalar en que punto a forma de cubrir las necesidades de conectividad cotidiana. Ante un evento de esta magnitud se pone a prueba la capacidad instalada contra la demanda de un servicio es por eso que las redes de telefonía móviles se saturan.
Tercera fase: apoyo y orden.
Si bien no se han desarrollado aplicaciones que nos permitan subir información sobre en donde se necesita ayuda y clasificar por el tipo de ayuda, las redes sociales han suplido esta labor de una forma excepcional.
Facebook y Twitter, se han vuelto de vital importancia para compartir información en segundos sobre las zonas de desastre, los centros de acopio y albergues. No sólo para conocer su ubicación, también para conocer sus necesidades en tiempo real.
De esta forma, en 2017, se lograron conocer lugares de siniestros de forma más ágil y rescatar víctimas. También se permite conocer sobre necesidades muy específicas tanto de herramienta especializada como de medicamentos que se requieren en cada uno de los sitios.
Una de las posibilidades que ofrece las redes sociales, además de su forma de volverse viral en minutos, es el uso de hashtags. Estos permiten ordenar la información en tiempo real por orden cronológico. Es esta forma poner en Twitter y Facebook información acompañada de un #Albergue #Rescate #Derrumbe #CentroDeAcopio facilita canalizar la ayuda.