Quizá podríamos pensar que, con la salida de los medidores de distancia láser, el flexómetro pasaría a segundo plano o se volvería obsoleto, pero esto no está mas que alejado de la verdad.
Los flexómetros o como muchos los conocemos, el “metro” es una de las herramientas de medición más simples que se utilizan en el día a día, a lo largo del tiempo, se le han hecho mejoras para hacerlos más seguros, útiles y precisos.
La hoja o fleje del flexómetro se trata de una regla graduada flexible que se enrolla en el interior de la carcasa, los puedes encontrar de acero inoxidable e incluso fibra de vidrio.
Estas herramientas están graduadas con las medidas métricas, imperiales o ambas.
El extremo final de la hoja cuenta con un tope (Figura 1) que permite sujetar la cinta al objeto a medir, además de que evita que, al enrollar la cinta, ésta se introduzca por completo en la carcasa.
La carcasa es el cuerpo del flexómetro y la parte que cubre o almacena la hoja o fleje. Lo más común es que esté fabricada de plástico de alta calidad resistente al impacto.
Aquí, se encuentra instalado el botón de bloqueo que deslizas para mantener la regla extendida sin que ésta se retraiga.
Algunas de las herramientas cuentan con un gancho para sujetarlo al cinturón, permitiendo transportarlo de manera fácil y segura mientras que otros tienen un cordón de sujeción para tenerlo siempre a la mano.
Conocer estas características te ayudarán a elegir el flexómetro adecuado para tu proyecto tanto profesional como doméstico.